Temprano por la mañana tomamos un vuelo muy corto (1 hora) a la ciudad de Lima. Tomamos un taxi en el aeropuerto que tardó unos 40 minutos en llegar al distrito de Miraflores. La habitación no estaba lista a esa hora por lo que dejamos las maletas y fuimos a conocer el área.
Miraflores me pareció un barrio up-scale en donde sus habitantes parecían imitar el estilo South Beach. Vimos muchos automóviles convertibles, hombres y mujeres con cuerpos esculturales corriendo en el malecón (¡a las 11am!), madres con sus hijos (y sus nanas) e interminables edificios departamentales de lujo. Nuestro hotel estaba ubicado detrás del Marriot Miraflores justo enfrente del centro comercial Larcomar. Ahí comimos en una cafetería francesa mientras esperábamos que dieran las 2pm, hora en la que nos pasarían a recoger para hacer el tour por la ciudad.
La agencia operadora del tour pasó por nosotros a la hora acordada y nos dirigimos al Parque del Amor con unas 10 personas más que nos acompañarían el resto de la tarde. El Parque del Amor está ubicado en el Malecón de Miraflores y en su centro tiene una enorme escultura de una pareja besándose. La vista desde el parque es maravillosa: el inmenso reino de Poseidón de un lado, el malecón inundado de amantes y amigos a los lados y los elegantes y luminosos edificios detrás.
Después de unos cuantos besos, nos dirigimos hacia el centro histórico de la ciudad. Los demás pasajeros se quejaron del intenso calor que azotaba en Lima (había unos 30 grados centígrados) pero para nosotros los yucatecos esas temperaturas son similares a las que experimentamos en invierno. Pasamos brevemente por Huaca Pucllana (un sitio arqueológico pre-Inca ubicado entre los distritos de Miraflores y San Isidro), también por el Parque de la Reserva, el Estadio Nacional, la Plaza San Martín hasta que llegamos a la Plaza de Armas. Ahí visitamos la Catedral de Lima y la Basílica y Convento de Santo Domingo.
La Catedral de Lima es la iglesia principal del Perú y fue construida entre 1535 y 1538 sobre un antiguo palacio Inca. Posee muchas muchas capillas y se distingue por el uso de la madera en su construcción (razón por la cual no se permiten velas en su interior). Ahí también visitamos parte de las catacumbas aunque para Mr. Viking el tiempo dedicado a recorrerlas no fue suficiente.
Después nos dirigimos a la Basílica y Convento de Santo Domingo ubicada a unas dos cuadras de la Plaza de Armas. Es denominada Basílica debido a que ahí se encuentran enterrados los restos de Santa Rosa de Lima, Patrona del Perú. En el interior de Santo Domingo también destaca la capilla de San Martin de Porres, construida en donde se ubicó la celda de este santo y en donde descansan sus restos mortales y algunas maderas de su cama.
Ahí acabó nuestro tour por la ciudad y pedimos a la guía de turista que nos dejara en el Parque del Amor para ver el atardecer. Muchas personas ya se encontraban ahí esperando el ocaso y el ambiente estaba lleno de alegría. El clima seguía bastante caluroso y nos dirigimos hacia Larcomar para cenar en alguno de sus multiples restaurantes. Ahí brindamos por el fin de nuestra visita a Perú, país del cual nos llevamos la mejor de las impresiones.
A las 9am salió nuestro vuelo a la Ciudad de México. Ya estábamos ansiosos de ver a nuestro pequeño tornado y entregarle los instrumentos musicales que tanto le gustan. Cuando llegamos a la 9pm a la casa, Copito ya se encontraba durmiendo plácidamente. Agradecí a la vida haberme traído de vuelta a casa sana y salva y llena de experiencias que contar a todo aquel que quisiera escucharme y leerme.
**Gina