Antes de empezar con la reseña del día empezaré por recomendar a todos aquellos visitantes que se hospedan por Norreport que visiten el mercado de Torvehallerne. ¡Qué rico fue desayunar ahí un delicioso café, unos roles de canela y unos sandwiches sencillos pero deliciosos!. Y todo a la mitad de precio que en nuestro hotel. Había tiendas de granos, chocolates, cafeterías, un económico Brioché Doré, panaderías, florerías, etc. Una breve visita a este mercado tan moderno alegra la nariz de cualquiera.
Ahora sí, la reseña.
Después de desayunar tomamos el autobús 6A enfrente de la estación de Norreport y nos dirigimos al Zoológico de Copenhague. Después de un recorrido de menos de 30 minutos estábamos enfrente del Zoo. Eran unos 10 minutos antes de la hora de apertura por lo que esperamos afuera con unas 30 familias más. La entrada estaba también incluida en la Copenhagen Card y como en ocasiones anteriores, solamente tuvimos que mostrarla en taquilla para que nos dieran los tickets de acceso.
Fuimos con un objetivo en mente: que Copito viera finalmente un canguro, su animal favorito. Abrimos el mapa y nos encaminamos al lugar en donde se ubicaban sus amigos australianos. ¡Qué bello fue ver a Copito saltar como ellos ante la emoción de verlos!. Sonreía y los observaba con detenimiento cuando se quedaban quietos, como esperando su saltitos repentinos. Habían por lo menos 10 canguros en el área y era muy fácil admirarlos desde una plataforma especialmente construida para ello.
En esa misma área del zoológico se encontraban las jirafas, hipopótamos y otros animales africanos así como una pequeña granja, dromedarios y camellos. Disfrutamos verlos caminar en grandes áreas y no como en nuestro zoológico en Yucatán en donde los tienen en jaulas ridículamente pequeñas.
En el área más grande del zoológico tienen a los felinos, monos, reptiles, elefantes, osos americanos y polares y otros animales de ecosistemas fríos. Pasamos un tiempo maravilloso viendo a Copito disfrutar a los animales y después de unas dos horas y media de diversión tomamos el autobús de vuelta al centro de la ciudad.
Nos bajamos en Norreport y caminamos unas cuantas cuadras hacia la Frederiks Kirke a la cual le dicen la Iglesia de Mármol (Marmokirken). Esta iglesia está a una cuadra del Palacio de Amalienborg y es una bellísima muestra de arquitectura rococó (siglo XVIII).
Finalizamos la tarde caminando por Stroget y haciendo unas cuantas compras. Disfrutamos de sentarnos en un bar muy tranquilo en una callecita escondida y cenar más tarde en una pizzería sumamente económica llamada Jacob’s Pizza.
Aquí una muestra de algunos edificios que pasamos mientras recorríamos la ciudad:
Esa sería nuestra última noche en la capital danesa. Sentimos algo de tristeza por abandonarla pero sabíamos que farmor y farfar (abuelita y abuelito) ya esperaban ansiosos a Copito en Bergen. Era tiempo de volver a casa.
**Gina